martes, 30 de octubre de 2007

Octubre 2007

Recuerdo un viaje que hicimos a Cartagena debía ser por los años 40. Habíamos recibido una carta que decía que la abuela se estaba muriendo, mi madre preparó el viaje rápido y salimos aquella misma noche, el papá no podía acompañarla así que nos fuimos mis hermanos pequeños y yo que tendría unos diez años, después de pasar mucha hambre y lejos de mi familia, pero esto ya lo iré contando, estaba muy espabilada. Aquellos trenes eran muy lentos pero nosotros quietecitos arrimados a mi madre. Cuando nos venció el sueño entró el revisor y nos pidió los billetes y el permiso de mi padre para viajar. Ese papel no lo llevaba, “pues se tienen que bajar en la próxima estación” nos dijo y la guardia civil se haría cargo de vosotros, mi madre se echó a llorar diciendo que iba a ver a su madre por última vez, pero nada, llorábamos todos, cuando llegó la guardia civil me acordé de la carta que demostraba que la abuela estaba gravísima y nos dejaron seguir viaje. Yo creo que en aquellos tiempos les gustaba hacer sufrir a la gente y a las mujeres principalmente.
Ha cambiado mucho la vida pero queda mucho por andar hasta la igualdad con los hombres.

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