jueves, 26 de abril de 2007

De pequeña, en el colegio

Era el año cuarenta, yo tenía ya 10 años. Estábamos castigadas las más revoltosas sin recreo en una clase inmensa en mi escuela; alguna niña sugirió hacer espiritismo. Yo no sabía qué era eso, pero ella explicó que reuniéndose alrededor de una mesa de tres patas y concentrándose en una persona muerta querida tuya, la mesa empezaría a moverse y esa persona aparecería y te hablaría. Bueno, nos preparamos y yo pensaba en mi querida hermana María muerta. Mientras buscamos la mesa de tres patas, claro no había ninguna, pero en un rincón había una a la que le faltaba una pata, y allí nos pusimos a invocar con toda nuestra fuerza. No vino nadie, se reanudó la clase y como siempre, Pilar a la la última fila. De pronto, escuché una voz un tanto extraña que me llamaba Piliii, Pilii... yo me dije no puede ser, mi hermana... Esperé hasta el tercer Piliii... y salí corriendo despavorida, y claro, todas detrás de mí pensando qué se yo. La maestra me llevó hasta la directora, cuando le dije que mi hermana muerta me llamaba. Claro, me expulsó tres días a mi casa. Cuando volví, no sé si triste de no escuchar a mi hermana o muy asustada, se acercó a mi mi amiga Mercedes Moradro y me dijo : "Pero qué tonta eres, ¿no ves que fui yo la que te llamaba desde el ojo de la cerradura para asustarte?".

Desde entonces, cuando sale este tema en la conversación, procuro quedarme al margen.

1 comentario:

Kim dijo...

Tiene usted que prodigarse más por estos lares.., que un post a la semana se me antoja algo escaso para la cantidad de historias que tiene almacenadas en su privilegiado cerebro.
Yo mientras tanto, seguiré esperando.