martes, 15 de enero de 2008

El Chacho

Esto de escribir le viene a mis hijos de herencia, pues contaba mi madre que su tío al que llamaban “El Chacho” escribía inspirado por un espíritu. Era una historia apasionante de las que enganchan y no se pueden dejar y sueñas con ellas. El Chacho escribía alrededor de una mesa de tres patas y con varias personas alrededor creyentes, espiritistas, cosa que a mí siempre me ha dado miedo y cerraba los ojos y dictaba para que copiaran los demás lo que le transmitía el marino. Esta historia, no la del marino, nos sobrecoge mucho a mi hija Marisa y a mí, ella también escribe y parece que El Chacho está muchas veces en su pensamiento y nunca lo conoció y yo tampoco, ni en fotografía.

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