lunes, 7 de enero de 2008

Las alcantarillas de la calle Áncora

Mi hija Marisa me anima a escribir sobre las pelotas de las alcantarillas en aquel tiempo. Desde el cuarenta hasta el cuarenta y cinco los niños disfrutábamos de pocas pelotas pero las pocas que había se colaban por las alcantarillas, así que la pandilla nos metíamos por una que había en la calle Áncora (ahora Palos de Moguer) y casi a tientas, con alguna linterna o con antorchas hacíamos el recorrido hasta La China, o sea el Arroyo Abroñigal y con suerte encontrábamos alguna y a veces hasta grandes, era una fiesta el hallazgo, pero del viaje esta aventura con las ratas paralelas a nosotros, es lo que más nos gustaba. Había algunas niñas que les daba miedo y no venían, a mi que tenía mas miedo que nadie no se me ocurría desistir, era fantástico, la vuelta era ya por arriba y nos parecía que nos habíamos alejado más de lo permitido, pero nadie se “chivaba”. Otras veces hacíamos nuestras propias pelotas con calcetines viejos, yo llegue a ser buena jugadora de fútbol en la acera de mi casa.

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