jueves, 3 de mayo de 2007

El baño

En Madrid, cuando yo recuerdo, no había ducha ni baño, y en muchas casas tampoco agua corriente. En la nuestra sí había. El tener un retrete dentro de la casa era signo de más categoría. Nosotros teníamos una taza muy fuerte, ya que mis hermanas lo hacían con los pies encima, postura que a mí me parecía muy incómoda. A veces pienso en aquello, mi madre nos bañaba en una pila grande de mármol, los sábados. Como éramos ocho, se formaban colas en el pasillo, poque aquello era lento; había que calentar en ollas grandes el agua en aquella cocina de hierro, que con el calor del carbón era nuestra calefacción en invierno. No recuerdo haber pasado frío, hambre sí, pero esa es otra historia.

1 comentario:

SyrianGavroche dijo...

Nos parece increible en estos tiempos lo que pasaba no hace mucho aquí, realmente sus relatos son muy buenos.. le animo a que siga


Un ssaludo